Plaza de toros de Las Ventas. Madrid. 21
de mayo de 2014
Decimotercer festejo de la Feria de San
Isidro 2014. Corrida de la Prensa.
Toros de Juan Pedro Domecq para los diestros
Manuel Jesús, El Cid, David Fandila, El Fandi, y Juan del Álamo.
Por el artículo 76
Por Paz Domingo
El artículo 76 del actual reglamento
taurino es precepto olvidado. Está incluido en el capítulo tercero de la
normativa y explica en varios puntos cómo debe realizarse la lidia en el
segundo tercio. Pero, ¿a quién le importa el segundo tercio, ese en el que se
ponen unos palitos de envoltura rizada y colorista y que los espectadores toman como trámite insustancial y previo al desoreje? A esta circunstancia le ha puesto rebeldía
El Fandi que, con sus grandes dotes acrobáticas, ha reinventado la ortodoxia
del toreo trastocando el cite de frente en la sublimación del cangrejo, el
temple en carreras de nervios, el mando en sujetar al animal por el testuz como
si fuera general romano que contiene legiones y, desde luego, ha lanzado el mencionado
artículo 76 a un doble salto mortal después de impactar en la tribuna
presidencial. La anécdota concluyó en un cuadro dantesco en el que se definía un
animal con infinidad de palitroques agarrados y dispuestos en su lomo bovino
como si se tratara de un manto a lo pavo real.
El texto en cuestión dice que no se
pueden colocar ni menos de dos pares de banderillas ni más de tres. Pues El
Fandi, adicto ya a la mercadotecnia de sus seguidores, cogió un cuarto par, se
dirigió al presidente; pidió permiso; la autoridad dijo que no; los espectadores que pitaban; rectifica Julio
Martínez con gestos de transigencia; y empezaron a ponderarse en los tendidos las
victorias de este atleta del albero. El su afectación El Fandi juega siempre a
lo suyo. Es decir, a hacer creer al personal que su público es suyo, que la
tauromaquia la reinventa todo el rato para mayor gloria propia y que las
opiniones en contra a su peculiar
tauromaquia se las pasa por el arco del triunfo. También el artículo 76, como
pudo ver.
Se entiende que cada torero puede
interpretar con personalidad y técnica diferentes cuantas suertes toreras
existen o existirán, aunque de ahí a articular que la ausencia de ortodoxia –por
no decir la ejecución del toreo al revés- es como certificar una tauromaquia excelsa
para gloria de su cuerpo serrano, ¡hay un desconocimiento abismal! Si se empeña
en poner los palitroques corriendo hacia atrás en vez de ejecutar la suerte de
frente, pues que haga lo que quiera. Aunque, eso sí, no insistan más por favor
en su excelsitud porque de todos es bien sabido que la verdad es única e
irrefutable.
Poco se puede contar de la corrida de la
Prensa. Poco, salvo que el régimen de bajas calorías impuesto año tras año va
adelgazando su respeto. Los toros de Juan Pedro Domecq no ayudaron porque no
podían, pues su fuerza y casta lo impedían. El Cid es leyenda pasada y, por tanto,
hizo que pasaba por allí contagiando de desidia a su cuadrilla, al público y a
sí mismo. El Fandi hizo lo que pudo con dos toros de naturaleza algo más
despierta para concluir matando de manera garrafal. El espadazo lo dio Juan del
Álamo en su primera actuación después de capotear bien y desperdiciar en las
afueras la nobleza entregada de un toro con pelaje de melocotón maduro. Él
también pensaba que la fruta caería del árbol con rapidez y la Puerta Grande de
Madrid se la comería antes de que tocara tierra. Y así hubiera sido si algún
día quiere torear a placer un toro que tenga poder y si lo hace con la técnica ancestral
para la cual está bien capacitado. Del resto, no se preocupe. La delicia caerá directa
a su boca para ser degustada plácidamente.
Torear es como escribir.
ResponderEliminarHoy dia los toreros dan muchos muletazos sin dominio a animalitos sin poder ni defensa ni genio, y exigen trofeos sin valor
Hay tambièn revisteros que, con sus textos, ponen su saber de los toros al servicio y a la gloria de la afición y de los aficionados a la fiesta brava, mientràs que otros distribuyen siempre alabanzas que no se merecen
En el corazón de este océano de tonteria donde nadan los lameculos del sistema, felizmente el aficionado puede leer cosas serias.
Gracias a ti, M.Paz