En el día del Santo Patrón hay poco que contar. Destacable, lo que se dice destacable, es que se perdió por el platillo madrileño un toro con cierta casta en las entrañas para dar un poco de credibilidad a la fiesta. Hasta se arrancó en el caballo y el público aseguraba: ¡Este toro es otra cosa! En realidad, tenía las mínimas garantías de lo que pudiera ser un toro de lidia, sin exagerar. Lo que pasa es que no se ve ya ni eso, trasformando esta singularidad en un hecho noticioso, hasta digno de fotografía, meritorio de brindis al ministro presente, pues la complicación estaba en su nobleza, la trasmisión en su empuje, la dignidad en su muerte. Quiso el destino que le tocara en suerte a Eduardo Gallo que, como venía a Madrid en busca del cartel que había olvidado hace tiempo, intentó el toreo y la estocada buena. Curro estuvo en la deriva de las complicaciones sin exponer nada. Y lo de Aparicio fue de bronca descomunal, entendiéndose de una vez que con estas tonterías no se puede ser complaciente y lo que procede es que, al diestro y a quién lo trajo a Madrid, emprendan el camino del destierro. Como poco.(...) Crónica completa en este enlace
Sexto festejo. Madrid. Plaza de toros de Las Ventas, 15 de mayo de 2012.
Toros de El Ventorrillo para Julio Aparicio, Curro Díaz y Eduardo Gallo, que sustituía a Ángel Teruel.
Toros de El Ventorrillo para Julio Aparicio, Curro Díaz y Eduardo Gallo, que sustituía a Ángel Teruel.
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