Pregunta a Rita
Yo también tengo una pregunta para Rita Barberá, alcaldesa de Valencia. Imaginemos, señora. Si usted tuviera un apartamento en el centro de la ciudad mediterránea, en el mejor barrio de la ciudad, con la estación central en la puerta, con solera en sus tapiales, con estructura modernista, con carácter único, magníficamente bien iluminado, protegido de voraces planes urbanísticos. Imaginemos. Si a usted se le ocurriera en este apartamento único -con ático soleado, con pletórica luz mediterránea, con gaviotas parsimoniosas que saludan atrevidas- hacer unas obritas que consistirían en ponerle una cubierta al altillo, de obra se entiende -aunque fuera móvil-, ¿no sería lo más adecuado pedir primero la licencia municipal oportuna y después abordar la reforma si se lo permiten? Porque pudiera ser que usted sufriera un ataque de locura transitorio -que nadie entendería-, pues querer tapar la luz del Mediterráneo en el privilegiado espacio luminoso de la ribera sería poco menos que un delito de grandiosa barbaridad, y en tal caso alguien debería decirle lo que no debe hacer.
Pues, algo así está pasando en su propia casa, señora alcaldesa. Los medios de comunicación están haciendo circular el verdadero aprieto en que le ha colocado el presidente de la corporación provincial, Alfonso Rus, que ha dado curso a la remodelación de la plaza de toros de Valencia para “adecuarla a la normativa vigente”, y nadie sabe de legislaciones que arrasen espacios únicos para obligar a hacerlos polivalentes. Este dirigente local asegura que ha pedido la “oportuna licencia” nada más y nada menos que a Patrimonio, pues se trata de un edificio declarado Bien de Interés Cultural. La presidenta que tiene a su cargo esta responsabilidad -de velar por la propiedad comunal e histórica- ha manifestado su peculiar interpretación que a este monumento se le ponga una tapadera, aunque sea móvil, alegando con mucha flema que ya se encargarán los técnicos en hacerla viable. Nada sospechoso, y absolutamente legal, parece ser, aunque dé la risa y levante sospechas de si nos merecemos directoras de Patrimonio para acabar con cualquier resquicio del pasado.
Aquí ya se empiezan a levantar suspicacias, señora alcaldesa. ¿Cómo puede ser que hayan empezado las obras sin licencia en las alturas para arramblar con uno de los edificios más hermosos del mundo por su estética y su historia, por su colosal emblema para su privilegiada cuidad? ¿Cómo es posible que vayan a lograr semejante atentado? ¿Cómo es posible que lo vayan a consumar a toda velocidad porque hay que abrir con urgencia la Feria de Fallas? ¿Cómo es posible tantas mentiras en una provocación contra la inteligencia, el sentido común, la valentía y contra los bienes y derechos de todos los ciudadanos de Valencia y del mundo mundial? Vaya, ha salido alguna pregunta más de la que estaba prevista. Resumiendo. ¿Cómo es posible, señora Barberá, que, como alcaldesa de la ciudad de la luz, permita que un capirote no nos deje ver el azul del cielo valenciano, único como usted bien sabe? Hay alternativas. Si no les gusta el ático privilegiado, tienen dos opciones, dejarlo como está o cambiar de residencia, pero no fastidien la vista grandiosa a los que defienden como suyo un patrimonio precisamente de todos.
Posdata. Por favor, no se crea esas misteriosas artimañas de sabihondos técnicos que anclan lonas con invisibles fijaciones, ni que las hacen volanderas cien por cien, ni que esto es Blade Runner, aunque algunos se empeñen en consumarlo.
¿ Si quiere vd ver lo que pasa en mi pueblo ?
ResponderEliminarPuedo traducir si quereis.....Pero se puede entender facilmente, creo.
Un saludo aficionado de http://puraficion.blogspot.com
Pedrito