martes, 25 de mayo de 2010

A tres bandas

Complicidad presidencial
Carta abierta a tres presidentes


A la atención de Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid
A la atención de Julio Martínez, presidente de la Plaza de Las Ventas de Madrid en el festejo de la Corrida Extraordinaria de la Prensa
A la atención de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid y máximo responsable por tener esta Administración la propiedad y competencia de la Plaza de Toros

A todos, como máximos responsables de dichas instituciones, quiero hacerles llegar el malestar de una aficionada y abonada de la Plaza de Madrid ante el fraude que se consumará esta tarde en la celebración de la Corrida de la Prensa, en la cual ustedes han pasado por alto sus cometidos, han ignorado sus competencias y se han saltado a la torera el artículo 59 del Reglamento Taurino Nacional, en su apartado 1, donde se recuerda y obliga al sorteo de las reses para cada uno de los matadores que lidiarán en el festejo. Así se dice que “de las reses destinadas a la lidia se hará por los espadas, apoderados, o banderilleros, uno por cuadrilla, tantos lotes, lo más equitativos posibles, como espadas deban tomar parte en la lidia, decidiéndose, posteriormente, mediante sorteo, el lote que corresponde lidiar a cada espada. En el sorteo, que será público, deberá estar presente el Presidente del festejo o, en su defecto, el Delegado gubernativo”.
En el mundo de los toros, y también en el Estado de Derecho, la ley sobre la que se configura la legalidad de este singular y hermoso espectáculo es dicho Reglamento Taurino, (real Decreto 2-2-1996, núm. 145/1996), con rango de ley, en el que se desarrollaba la reglamentación prevista en la “Ley 10/1991, de 4 de abril (“sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos, ha venido a acomodar a las exigencias constitucionales el régimen jurídico de la fiesta de los toros, entendida en el amplio sentido de sus diversas manifestaciones que se encuentran arraigadas en la cultura y aficiones populares”), y según queda reflejado en las primeras líneas de su texto.
Dicha Ley, mediante dicho Reglamento, procede “a la creación y puesta en práctica de instrumentos administrativos que garanticen tanto la pureza y la integridad de la fiesta de los toros como los derechos de cuantos intervienen en los espectáculos taurinos o los presencian”.
Por tanto, señores presidentes, están actuando a espaldas de la ley, consintiendo, amparando, y ejecutando una ilegalidad, llevándose en esta aquiescencia, por su parte, el respeto que los ciudadanos afectados deberíamos tener en las instituciones que presiden, cometiendo un atropello a los aficionados que estamos -o deberíamos estar- amparados ante un fraude que se realiza contra nuestros derechos en asistir, pagar y disfrutar por un espectáculo íntegro, que exigimos autenticidad en la Fiesta a la que ustedes están obligados -por cargo, por juramento, por responsabilidad- en su salvaguarda, en el respeto de su grandiosidad, en su poderoso patrimonio cultural, en preservarla y desarrollarla para generaciones por llegar, en resguardar su integridad y en ser fieles a su portentosa esencia.
Al presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, organizadora de esta Corrida Extraordinaria, más que centenaria, y por tratarse de representar a los profesionales que deben velar por la verdad y hacer trasladar a los ciudadanos el conocimiento de la misma en cuantos hechos acontecen;
a la atención de Julio Martínez, presidente de la Plaza de Las Ventas de Madrid, miembro del Cuerpo y Fuerzas de Seguridad del Estado, y a quien el citado Reglamento Taurino reconoce en su figura la “autoridad que dirige el espectáculo y garantiza el normal desarrollo del mismo y su ordenada secuencia”;
y a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, máximo responsable por tener esta Administración la propiedad y competencia en la adjudicación sobre la gestión de la Plaza de Toros; por todo lo citado, por la indefensión en la que nos encontramos los aficionados de la plaza de Madrid, por este fraude consentido cuando se evita el sorteo de las reses en el espectáculo de la Corrida de la Prensa, deberían dar una explicación, pedir perdón, y comprometerse públicamente a no consentir más este despropósito, esta ilegalidad, así como a perseguir este atropello. En definitiva reconocer las obligaciones sociales, morales y políticas que son competencia de todos. Señores presidentes, busquemos la verdad, defendámosla, porque a todos nos corresponde la custodia de este hermoso, singular y portentoso mundo de los toros.
Atentamente

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