Filosofía
torera y aficionada
Este
pasado fin de semana, en una tarde de enero, con temporal en toda España y el
Ebro por tierras norteñas peleándose con la rivera para mostrar toda su
exuberancia impulsiva, anduve por la hermosa tierra de La Rioja. Los
aficionados de la Peña Taurina El Quite de Logroño me propusieron acudir a sus Inviernos Taurinos, y que este año tenía
un marcado carácter femenino. Me tocaba abril este cartel singular, en el que
me acompañarán los próximos sábados (26 de enero y 2 de febrero) Marta Elena
Alonso de la Varga, profesora titular del departamento de Producción Animal de
la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León y la periodista Gloria Sánchez
Grande.
Es
muy grande mi gratitud a todos los se acordaron de mí para debutar en estas
tierras hermosas, pero mucho más grande es mi satisfacción porque soy verdaderamente
feliz en el contacto cuerpo a cuerpo con la torería, valentía y sabiduría de que
está hecha la verdadera esencia de los aficionados al mundo de los toros. Parece
un poco cursi, pero os puedo garantizar que yo lo valoro sencillamente porque hay
muchos motivos para aprender en esta experiencia. El aficionado está dotado de
una maravillosa generosidad, siempre entregado a no considerar el esfuerzo, el
tiempo, el bolsillo y hasta la climatología más adversa, porque sabe que ello
engrandece su espíritu. Y de paso el de los demás.
El
quite de Logroño es una asociación compuesta por muchos amigos y cuarenta
socios –en la actualidad- y que este año cumplirá treinta años desde su fundación.
Tengo un ejemplar del libro conmemorativo de la edad de plata de esta peña
taurina escrito por Pedro María Azofra –y prologado por Paco Camino- en el que se repasa gráficamente orígenes, viajes
compartidos, premios, homenajes, toreros de la tierra, detalles, recuerdos… y
su pasodoble con letra de Jaime Ruiz Hernández y música de Fernández Rojas.
Elegí
para mi intervención una figura histórica, mujer y torera, lejana en el tiempo
y pura anécdota en el universo de la tauromaquia. Se trata de Conchita Cintrón,
la diosa rubia del toreo, la mujer más elegante de cuantas hayan pasado por los
ruedos. No pretendía hacer una cuestión de género para argumentar mi elección,
precisamente porque hay otras muchas mujeres que se enfrentaron en iguales o
peores situaciones en este mucho tan varonil. Pretendía recordar un libro que me
sedujo por la revelación a que me llevó en una noche de invierno. Recuerdos, de la torera peruana, es
sencillamente un canto hermoso, estupendamente escrito, de una vida bien vivida
y bien contada. ¿Qué pasa por el corazón que una niña inteligente, hermosa y
segura en su bienestar querer ser torera? ¿Qué –o quién- hace de nosotros buscar
incansablemente nuestro destino en los amores toreros? Mi intervención al final
salió exageradamente larga y pido miles de disculpas por no haber sabido medir
los tiempos, un factor decisivo para los toreros, como bien sabemos los aficionados.
Para los que quieran recordar esta figura tan lejana de la tauromaquia y del
recuerdo, o incluso cotillear mi nivel de exigencia y estudio sobre la torera,
podrán hacerlo a través de las siguientes entradas en este soporte digital.
Pues
eso. Como les decía, en cuestión de afición, una cosa lleva a la otra, un
hombre lleva a otro. Sin historia no hay presente. Sin afición, sin
aficionados, sin gente generosa, se acabará pronto este mundo de toros. Muy
pronto. Se necesita el nervio de estos hombres y mujeres, espléndidos en su
naturaleza, entregados a las mil aventuras, a la charla amena de los amigos, al
buen vino, a la fortaleza del toro de lidia y al más hermoso y puro de los
mundos. Gracias amigos, Alejandro, Paco, Félix, Daniel, Miguel, Luci, Maripaz…,
a todos, y especialmente a Pedro Mari Azofra. Este homenaje va por todos. ¡Viva
la afición torera! ¡Viva la hermosa tierra riojana!
Todos
sus componentes
tienen garra y gran solera
para ellos son fieles
a su filosofía torera
(del pasodoble Peña Taurina El Quite)
tienen garra y gran solera
para ellos son fieles
a su filosofía torera
(del pasodoble Peña Taurina El Quite)
En twitter: @elquitelogroño
Me gustaria mucho que Paz Domingo se pone amiga del blog de Pedrito: un placer y un honor.
ResponderEliminarBesitos para Marina y su mama, un abrazo para tu marido