El 'santo' tocado milagroso
Sentí curiosidad por la corrida de Fuente Ymbro en Bilbao. Me acerqué sin mucho entusiasmo a la tele. Y, una vez más, salí con el alma encogida y el espíritu entristecido. No entraré a comentar el comportamiento de los animales, ni de los esfuerzos, tanto de toreros como de los protagonistas mediáticos, por justificar este espectáculo -en general- sin emoción, ni calidad, ni integridad, que apenas se sostiene.
Lo que sí me gustaría es resaltar la terrible impresión que dan estos hermosos animales cuando la cámara proclama sin pudor sus intimidades más inconfesables, las de sus defensas y las del acoso que sobre ellas hacen los respectivos criadores del campo bravo. Por ejemplo, los pitones partidos a modo de garfios que quedaban suspendidos, obligando a dichos interlocutores mediáticos y toreros a una narración de cuentos de hadas y que a mí llegaban como series de verdadero terror.
Los muy entendidos dicen que las fundas, -ya saben, estos artilugios que todo ganadero quiere dar por maravilloso, materializadas en tocados sobre el emblema de las defensas bovinas, con puesta en escena de prótesis colocadas a fuerza de martillazos y muecos-, son inocuas, beneficiosas y, si se empeñan, resultan hasta afrodisíacas, aunque no se discrimine a quién eleva tan descomunal placer.
¡Es un milagro! Un prodigio de la naturaleza. Un portento de la ciencia. Una fe ciega incuestionable. Un análisis acreditado que no necesita –como sucediera con La Sábana Santa de Turín- las pruebas irrefutables del Carbono 14 (véase reglamento taurino); de huellas del pasado (véase en el mismo manipulación, afeitado y sanción); de análisis de las fibras con rayos X y fluorescencia (véase puntitas afiladas como mondadientes y que se abren como las flores secas en el jarrón); de imágenes con información tridimensional (véase retrasmisiones televisivas); y de microquímica que demuestre la dureza de las impresiones en el lienzo (véanse las protuberancias bovinas seccionadas a modo de machetazos, lijadas cochambrosamente y pintadas con tremendos pigmentos).
Ahora me traslado a google. Busco “sábana santa Turín”. Primer resultado http://www.sabanasanta.org/. Leo: “El principal problema desde un punto de vista científico es que algunas explicaciones que serían aceptadas desde un punto de vista químico son rechazadas por los físicos. Al contrario, algunas explicaciones físicas tentadoras son completamente rechazadas por los químicos. Para una explicación adecuada de la imagen de la Síndone, uno debe tener una explicación científicamente válida desde un punto de vista físico, químico, biológico y médico”. Concluye: “Así, la respuesta a la cuestión de cómo se produjo la imagen o qué produjo la imagen es ahora, como en el pasado, un misterio”.
Apuesto, que los investigadores de la autenticidad del santo lienzo (físicos, químicos, biólogos y médicos aludidos) no se han interesado nunca por las excelencias del universo taurómaco porque, de haberlo hecho, tendrían la solución de cómo se solventan las diferencias corporativas y, sobre todo, cómo las argumentan. “Esto es así, y punto”. “Un milagro”. Incuestionable. El purgatorio sería un lugar remoto, un lugar en el que habría que expiar demasiadas culpas”.
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