Haciendo músculo
Parece que a muy pocos les ha convencido la propuesta que acaba de presentar la Comunidad de Madrid en la licitación para la gestión de Las Ventas en los próximos cinco años. Y dentro de este reducido grupúsculo -se entiende- que se han quedado solos los responsables de “diseñar el futuro de la Fiesta que pasa por la modernidad del espectáculo porque está en juego la credibilidad de la primera plaza del mundo”, como vienen diciendo los últimos posmodernos y sublimes componedores del innovador futuro taurino. El director gerente del Centro de Asuntos Taurinos, Carlos Abella, es el encargado y responsable de poner el pliego en marcha para que la Vicepresidencia, Consejería de Cultura y Deporte y Portavocía del Gobierno madrileño publicara en el Boletín Oficial la “convocatoria del concurso”, y se diera a conocer, para disgusto de aquellos que esperaban la revolución pendiente.
A esto se llama coloquialmente hacer músculo a base de pesas y flexiones gimnásticas. A la baja, el canon. A la subida, el precio de las entradas. A la baja, el estrecho poder de convocatoria y que queda reducido a dos o tres empresarios. Subiendo, los plenos poderes que les otorga el concurso a los nuevos gestores para administrar al libre albedrío cuestiones que les parecen trascendentales en el tema cultural como la imaginación de propuestas o arriesgados contenidos a desarrollar. A la baja, la responsabilidad con los trabajadores del coso. Al alza, el deplorable artículo de rigor que mantiene la absurda categoría profesional de aes, bés, cés y el resto de la tropa.
Al alza, más de lo mismo. A la baja, el cambio. Ahí queda eso.
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