La más hermosa, la más coqueta, la más torera
de cuantas se le pusieron por delante
Barcelona vuelve a estar de moda, taurinamente hablando, (anti y pro) que se entienda. Esta bellísima y poderosa ciudad tiene el deshonor de ser la primera capital de provincia en ser declarada por sus políticos locales en 2004 como “contraria de a las corridas de toros y a favor de los derechos de los animales”. Aquello no fue vinculante, pues era una competencia autonómica. Pasaron seis años y el objetivo se cumplió. El Parlamento catalán prohibía las corridas de toros en Barcelona, único lugar de la geografía autonómica catalana que todavía se daban estos espectáculos taurinos, y bien pocos, por cierto. De paso se aseguraron que los festejos populares de idiosincrasia propia quedaran intactos, -tales como los correbous- porque tratándose de votos y de pelas ¡qué importan los derechos de los animales!, y ¡qué importa la dignidad! Pues eso mismo.
Decía que Barcelona vuelve al ruedo mediático. Tal día como hoy la Plaza de Toros de Las Arenas vuelve a estar activa. Pero, tal día como hoy convertida en un espectro comercial, desvirtuada de esencia gloriosa, despojada de hermosura y tocada con una pavorosa cúpula de acero y cristal, de 27 metros de altura y que albergará la zona de restaurantes. Menos mal, que en estos actos inaugurales no han insistido en la propaganda de días antes, que aseguraban las extraordinarias virtudes de una tan fabulosa cubierta que permitía una visión de 360 grados. Una servidora, que es muy ingenua, estaba dispuesta a visitar la Ciudad Condal para ver in situ tan portentoso acontecimiento de visión panorámica absoluta, y eso que no piso suelo barcelonés desde que estos politicastros convinieron en llamarla anti taurina, precisamente a ella, la más hermosa, la más coqueta, la más torera de cuantas se le pusieron por delante.
Desde luego lo de la Plaza de Las Arenas parece un pelotazo urbanístico de los buenos, si tenemos en cuenta las cifras de tan importante proyecto, que estuvo paralizado en el 2009 hasta que Metrovacesa (compañía inmobiliaria líder en España, con un valor de activos superior a los 9.000 millones de euros, dicho por ellos en su soporte digital) inyectara un capital –dicen- de 70 millones de euros al proyecto. También se dice que tienen el 100% de superficie alquilada, “a falta de ocupar algunos pequeños locales comerciales y de restauración”. El recinto hace un total de 104.576 metros cuadrados construidos y 116 establecimientos repartidos en seis plantas: tres dedicadas al espacio de compras y tres al espacio de ocio, más otras cuatro de aparcamiento subterráneo con 1.750 plazas, más un anexo al recinto comercial donde se instalará la Agencia Tributaria y algunas oficinas del Ayuntamiento de Barcelona.
Conviene aportar más datos a los datos. La zona que llaman de ocio está compuesta de doce salas multicines del grupo Balañá, el Museo del Rock de Barcelona, un centro deportivo y termal de la cadena Metropolitan, y un salón de actos de 2600 metros cuadrados alquilado por el grupo organizador de eventos Flaqué.
Creo que habrá pocos que no sepan de dónde viene el panorama taurino en Cataluña. Uno de los actores protagonistas es lo que ahora llaman el grupo Balañá, que además de ser los propietarios explotadores de salas de cine y teatro, son y han sido los empresarios taurinos de Barcelona de toda la vida, además de propietarios de los cosos, de los suelos donde se asientan y ahora merecedores de una indemnización por daños y perjuicios por las políticas prohibicionistas, asunto que puede ser multimillonario. Lo que viene pues, visto lo que hacen con tan imponentes y asombrosos monumentos arquitectónicos, pueden asegurar lo que pasará posiblemente con la joya modernista de La Monumental (Balañá y el Ayuntamiento intervienen). Mejor, no pensarlo. Y mejor, no verlo. Por cierto, ¿no hubiera sido posible encontrar un hueco entre tanta planta para hacer un museo, pero taurino que recuerde con verdad y heroísmo tan importante pasado taurino?
Ayer, el apoderado de José Tomás, Salvador Boix, aseguró que el diestro volverá a torear a Barcelona, en cuanto se recupere y en el plazo de este año, que es el último en que se podrán ver una corrida de toros en territorio catalán. También habló Boix que el diestro de Galapagar estaba entrenando en el campo y que el propio torero es conocedor de "la repercusión de todo lo que hace, pero intenta abstraerse y ceñirse a lo que es su preparación y su recuperación física en estos momentos". José Tomás ha sido el torero que verdaderamente ha impulsado la Fiesta en estos años complicados en Barcelona, pues sus intervenciones en la plaza barcelonesa has sido rotundos llenos, circunstancia que enfureció a los que se empeñaban en reducir a la afición catalana. Puede ser una buena idea, porque quien mejor que él para despedirla.
Pueden recrearse en la suerte en http://www.pazdomingo.com/2011/02/las-arenas-abrira-sus-puertas-sin-toros.html
La verdad es que el destino de centro comercial es un poco asqueroso; podrían haberla convertido en una especie de Royal Albert Hall barcelonés; escenario para auténticos artistas que no masacren a ningún ser vivo. E. Noel
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