Comité Ejecutivo en activo
Hoy sabemos un poco más que ayer. Conocimos, por ejemplo, que la reunión que mantuvo hace unos días la Presidenta de la Comunidad de Madrid con la plana mayor de los toreros no fue solamente para que estos hombres agradecieran a Esperanza Aguirre su apoyo a la Fiesta de los toros, sobre todo después del debate (pro y anti taurino) en el Parlamento Catalán durante el pasado marzo, del año también pasado, y que produjo verdadero sonrojo moral y nacional. La presidenta proclamó entonces la declaración de Bien de Interés Cultural de las corridas de toros en la Comunidad madrileña –y que después le dio forma administrativa- precisamente cuando más arreciaba el desconsuelo por el dislate que se producía en el hemiciclo catalán. Todo el mundo aprovechó para nombrarla gran oportunista política. La historia tuvo su guasa, porque aquí no se salvó nadie de la especulación superlativa, llevándose por delante en muchos casos la decencia y el respeto por el futuro del mundo de los toros. A lo que iba. Se reunieron y almorzaron la presidenta Aguirre, el vicepresidente Ignacio Aguirre, el director de Asuntos Taurinos Carlos Abella, el vicepresidente del Consejo Taurino Pedro Antonio Martín Marín, la selección de maestros y el ganadero Araúz de Robles en condición de abogado de los diestros. Los toreros José Mari Manzanares, El Juli, Alejandro Talavante, Miguel Ángel Perera y Cayetano Rivera aseguraron con mucho aplomo que con la visita se trataba de corresponder cortésmente a tan decidido apoyo. Nada más. Bueno, un poco más. Los maestros del arte taurómaco y mediático -en este encuentro de alto nivel- expresaron su preocupación por el pliego de licitación de Las Ventas, que tendrá que realizarse en este año. Este tema sería neurálgico si así se produjo, porque alguien podría imaginar que alguno (o todos) los protagonistas tienen o tendrán intereses en dicha subasta, o quizá que pudieran aportar sugerencias en las condiciones estipuladas de la futura e inmediata puja.
Imaginemos. Por lo mismo, también se podría pensar que estos protagonistas están muy preocupados por el futuro inmediato que se plantea en la fiesta de los toros, tanto como su decadencia, la necesidad urgente de una regeneración, de los cambios apremiantes en los pliegos de arrendamientos de los cosos hasta ahora basados en el canon económico y que son muy olvidadizos en la apuesta por la autenticidad del espectáculo. Imaginemos, o no. El pasado fin de semana se publicaba una entrevista en el diario El Mundo en que Roberto Domínguez, apoderado en Julián López, El Juli, decía que este grupo de toreros que representa al estamento taurino en las reuniones con ministros y presidenta “se mueven en beneficio de la Fiesta, por el bien común”. Si es así, (que puede ser, es un poner) ¿por qué no lo dicen? ¿Por qué no hablan del verdadero problema del espectáculo en vez de reclamar la etiqueta de artistas? ¿A qué tanto pasteleo? ¿Es que en el estamento taurino únicamente están estos profesionales autorizados (o capacitados) para llevar a cabo las propuestas, negociaciones y resoluciones que atañen a la totalidad de los mundos comprendidos en universo taurómaco?
Esto es mucho imaginar. En esta misma información se pregunta al apoderado: “(…) quizá los toreros, entrevistándose con la Comunidad de Madrid para hablar del pliego de Las Ventas, hayan meado fuera del tiesto”. Responde Domínguez: (…) Los toreros no han barrido para casa, como han pretendido trasmitir en alguna cortina de humo, proponen abaratar las entradas y favorecer el espectáculo”.
Hay que tener en cuenta que a los aficionados estos circunloquios que se exponen en despachos nos interesan y mucho. Sabemos de lo catastrófico en todos los órdenes del pasado ciclo de San Isidro, que casi ronda en desastre absoluto. Sabemos de los peligros que nos acechan. Sabemos de las necesidades acuciantes, de los milagros urgentes que pongan en marcha una regeneración. Y como sabemos, no entendemos.
No sabemos a qué se debe este protagonismo tan acentuado. No sabemos la letra pequeña, ni el pliego medido, y no estaría mal que lo explicaran de una vez. No sabemos si el juego se reparte en un partido de baloncesto, de fútbol o en un maratón.
Hay que reconocer que el plan de actuación de este grupo profesional es muy activo, incluso como se ve en las más altas instancias. Lo que ocurre es que el plan nos tiene intrigados, sencillamente porque no alcanzamos a ver cuál es el objetivo. La última aventura de este comité ejecutivo del estamento taurino hasta tiene su galanura. El lance torero -que recogía también este medio de comunicación- es que han enviado una carta al recién presidente catalán, Artur Mas, pidiéndole muy educadamente, con muy buenas formas, que “reconsidere la prohibición que cerrará la Monumental de Barcelona el 1 de enero de 2012”. Entre los muchos datos alegatorios de la carta, los diestros incluyen los perjuicios económicos que supondría esta ley, pues la indemnización que la Generalitat debería aportar a los empresarios de la Monumental “asciende a 300 millones de euros”. No me digan que no está traído al pelo, en estos días en que la deuda catalana sube como la espuma, en que al presidente Mas le duele el bolsillo. Un bolsillo que está algo roto, Un bolsillo que desgarró un poco más con su posición incondicional prohibicionista, que zurció chapuceramente con el tema de los correbous y que ahora está dispuesto a remendar como sea.
Hoy sabemos un poco más que ayer. Igual los catalanes también.
El que quiera que lo vea. A la vista está.
No hay comentarios:
Publicar un comentario