¿Hace un cigarrillo?
A estas alturas del mes de enero tan pletórico de acontecimientos, los fumadores se han echado al espacio del aire libre, -es decir, que les han proyectado a la mismísima calle. Otra vez más la masa poblacional de este país está dividida de pensamiento, obra, omisión y ejecución. El mérito no se encuentra en la dispersión ideológica, en las disparidades reflexivas, ni tan siquiera en estilos de vida diferentes o antagónicos. Nada de eso. El método consiste en aplicar prohibiciones de todo aquello que no guste, empleando por lo tanto una diferencia entre morales buenas y otras despreciables. No se ha buscado un punto de encuentro -eso que ahora se llama recurrentemente consenso-, no se pretende el reconocimiento evidente de que todos somos responsables y tenemos obligaciones, que debemos ser tratados por igual ante la ley porque se nos ha garantizado que así debe ser.
Pues a lo que iba. Han prohibido los toros en Cataluña porque es un espectáculo que molesta moral e intelectualmente, porque es depravado, degenerado, indigno por carecer de racionalidad. Estos políticos que se propusieron fastidiar a los aficionados (catalanes y no catalanes) relegándolos como ciudadanos a la ilegalidad, el ostracismo, a la injusticia, a arrancarles sus derechos, a la rebelión no permitida, a la tristeza del alma, pues estos políticos -de “ordeno y mando”- tienen además unas tragaderas más grandes que las plazas de toros que cierran y los argumentos que explican sus desmanes sirven para blindar lo que consideran propio e intocable, demostrando al mundo la flema que se puede llegar a tener (caso de los correbous, sin ir más lejos).
Salvando las comparaciones que son odiosas, algo pasa de igual manera con el tema del fumeque. Esta ley 42/2010, de 30 de diciembre (por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre) tiene como principal objetivo establecer “medidas sanitarias frente al tabaquismo” en su intento justificado de erradicarlo. La cuestión es que si tan certeras son las consecuencias malignas para la salud, no se entiende que no lo prohíban absolutamente (cultivos, venta, publicidad, consumo, recaudación de impuestos, supresión de puertos francos, etcétera), de paso tratar a los fumadores como sujetos con adicciones graves a los que hay que restablecer la salud y entonces se hablaría de una verdadera ley “valiente”.
Me preocupa esta permisividad con la que se trata la libertad individual e intransferible de cada uno de los ciudadanos, que no se establecen en igualdad ante la ley y que la misma ley no pueda garantizarla. Me inquieta la imposibilidad de respeto mutuo, de la convivencia que se sustenta en la imposición de un criterio sobre el contrario.
Yo ya soy un ex. Una ex fumadora –quiero aclarar- y no siento ninguna culpabilidad ni regocijo por haber cogido y abandonado –después- el cigarrillo. Este matiz (opción personal se llama ahora) ni me acerca ni me aleja de esta controversia relativa al fumeque, pero no me impide aclarar que me produce una gran tristeza por la línea divisoria, tan férrea como irracional, que se está interponiendo en nuestras vidas, tan peligrosa porque todos los ciudadanos, todos, tanto de manera individual como dentro de un colectivo, minoritaria o ampliamente, uno u muchos, no gozamos de esa igualdad y de tratarla como lo que es: un acto valiente.
Por cierto. Si usted es fumador y aficionado sepa que puede fumar en las plazas de toros. Antes, mire al cielo. Si el cielo esta cubierto (literal), aguántese las ganas de dar unas caladas hasta el final del festejo. Esto, o perderse algún toro, siempre y cuando los porteros le dejen salidas sibilinas.
¿Hace un cigarrillo? Pues, ahí tiene dos.
Ley 42/2010, de 30 de diciembre, por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco. http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l42-2010.html Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco. http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l28-2005.html#a3
Por cierto, si quieren pasar un buen rato humeante les dejo en compañía de un (ex) fumador empedernido y en los brazos de sus atinados escritos. http://www.pazdomingo.com/2010/08/el-respeto-y-el-caldo-de-gallina.html
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