El torero extemporáneo
(...) Alejandro Talavante se presentó en los ruedos venteños, en la inspiración de los últimos instantes, para torear al natural, barriendo la exagerada grandilocuencia de las exquisiteces escasamente categóricas que envolvían el espíritu de la concentración social y taurina. Así es Talavante. Un torero que lo mismo se quita que se pone, que no se entiende o que improvisa, que se aleja o que se cruza, capaz de trasladarnos del enfado a la exaltación del alma. Su aire desgarbado, su rostro perdido, sus ademanes flemáticos, sus pensamientos que vuelan, su frialdad estática, su mano ardiente, su muleta que arrastra, su mando interminable, su hondura ejecutada, su corazón que vuelca. Un torero frágil preparado para batallas colosales. Un torero desgarbado que convierte en divina la caricia entregada. Un torero de porcelana que mezcla barros en moldes categóricos. Un toreo que lo mismo se apaga que atiza la llama. Un torero indiscutible en las texturas brillantes y personales. Un torero capaz de lo imposible y del suceso extraordinario.(...) Crónica completa en https://sites.google.com/site/toroaficion/noticias/san-isidro-2011-undecimo-festejo
Plaza de toros de Las Ventas. Feria de San Isidro de 2011Toros del Parladé (1º, 2º, 3º y 6º) y Juan Pedro Domecq (4º y 5º) para Sebastian Castella, José María Manzanares y Alejandro Talavante
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