miércoles, 19 de enero de 2011

Ecuador y toros



Bajonazo a la Fiesta brava
En el día de ayer llegaba la noticia que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, presentó diez preguntas de un referendo de amplio espectro que se realizará en los próximos meses -ahora está en tramitación en la Corte Constitucional y en el Consejo Nacional Electoral- en la que se incluye la terrible disyuntiva de prohibir o no la fiesta de los toros en este país andino. Dicha consulta respondía al compromiso del presidente –anunciado a finales de año- como una respuesta a la alarma social en torno a la criminalidad y los asesinatos por parte de sicarios.
Esta reforma que se somete a plebiscito incluiría la trasformación del sistema judicial (como plazos de la prisión preventiva y la aprobación de una comisión que estructurará la judicatura), pero la habilidad presidencial se extiende en la inclusión de iniciativas que nada tienen que ver con la seguridad (como restricciones a las propiedades de la banca y los medios de comunicación, y el control de algunos contenidos de la prensa) y algunas otras de rondón (como son la prohibición de los juegos de azar y los “espectáculos públicos donde se mate a animales, en referencia a las peleas de gallos y las corridas de toros). El ánimo surgía del propio presidente que en el acto de presentación de la consulta decía: "Podemos, debemos tener una democracia mucho más directa". Posiblemente se trate de direcciones, aunque más bien se puede llegar imaginar -sin mucho esfuerzo después de ver algunas pretensiones gubernativas- que la necesidad estaría en la verdadera posibilidad de establecer motivos seguros para sustentar una democracia.
El alto tribunal dispone ahora de 45 días para analizar si las preguntas planteadas son apropiadas y determinar el proceso en curso. Pero alrededor existe tanta incertidumbre como calma chicha. He hablado con algunos ecuatorianos de esta media prohibicionista respecto a los toros. Y se dan las dos respuestas. Para unos responde a una cuestión de distracción muy simple -pero tan elaborada- que está dando resultado (por ejemplo en España, donde se alejaba la catástrofe de la crisis con la atención premeditada en el debate nacional y animalista). Al mismo tiempo, en este plazo en que se da curso a la propuesta presidencialista, la distracción vendría sobre las vaguedades expuestas sobre los temas de los juegos de azar y los toros, y así quedarían relegados en segundo término en atención las preguntas trascendentales como el cambio de la Constitución para poder abordar la reforma del sistema Judicial, el impedimento a la banca y a la prensa para realizar inversiones privadas fuera de sus terrenos sectoriales, o la creación de un Consejo de Regulación que reglamente la difusión de contenidos en los medios de comunicación. Es decir, se añaden varias preguntas sobre temas “supuestamente intocables” para acaparar la atención de los ciudadanos. Así la polémica se dispara, y siempre se puede contemporizar con los disgustados sacando de las diez preguntas un par de ellas, en un intento conciliador y magnánimo, dejando en el texto definitivo las que constituían verdaderos escollos de superar.
Por otra parte, están los ciudadanos que consideran que todo esto es fruto de los flujos unidireccionales y prohibicionistas del buenismo imperante, tan popular como demagógico. Los artífices de estos discursos teledirigidos han encontrado un filón en el tema taurino -y lúdico por extensión- y han hecho un arte de la controversia que enfrenta a los individuos en posiciones irreconciliables, en el que el papel del Estado sería preservar la libertad de unos ciudadanos haciéndola prevalecer sobre la de los demás. Poco importa lo que se lleven por delante. Les importa un bledo el tema de los toros. Es una cuestión de principios. Pero los suyos propios, naturalmente. Siempre se puede dar explicaciones (a toro pasado, alegando eso de “yo no estoy de acuerdo con las medidas pero…, caso del presidente español) eludiendo toda responsabilidad y no abordando la defensa a este espectáculo que por cargo están obligados a realizar, pues afecta al patrimonio, cultura, desarrollo social, económico, incluso moral.
En fin. Asistiremos perplejos, atónitos, incautos a esta catástrofe que se viene encima. ¡Líbranos señor del mal! Un mal absoluto que consiste en el dirigismo hacia la planicie de la nada.
Me gustaría a modo de colofón recordarles algunos datos y vivencias (también taurinas) del bellísimo país andino.
- El censo electoral está compuesto de diez millones y medio de ciudadanos. Más de 100.000 ecuatorianos residentes en España pueden votar en nuestro país. Por primera vez -en el año 2009- la Asamblea de Ecuador tiene seis representantes de los emigrantes. La participación en España en aquella consulta fue del 39,22%.
- El diario de noticias digital http://www.hoy.com.ec/
dio cifras sobre los espectáculos taurinos que se celebran en todo Ecuador, entre los que destacan los siguientes: Más de un millón de ecuatorianos asisten cada año a 500 de estos espectáculos formales y populares, de los cuales 200 son con actuación de toreros profesionales en 150 parroquias y capitales de provincia, y 300 como espectáculos taurinos populares o “toros del pueblo”. Los espectáculos taurinos generan 60 mil empleos directos y 100 mil empleos indirectos. Los toreros, la agricultura, la ganadería, el turismo, la hotelería, los restaurantes, los proveedores de bienes y servicios, el fisco, los municipios, los microempresarios, los veterinarios, los comerciantes, la pequeña industria, los trabajadores del campo, los medios de comunicación, los transportistas, los músicos, los vigilantes, los artesanos, entre otros, forman parte de la actividad económica relacionada a los toros. Existen 30 plazas de toros estables (cemento), siete plazas portátiles y 150 plazas de toros artesanales armadas provisionalmente para la realización de espectáculos taurinos. Además, hay 400 ganaderías de toros bravos, de ellas 300 pertenecen a comunidades indígenas asentadas en páramos andinos. Las grandes ferias (Quito, Ambato y Riobamba) representan apenas el 3% del total de espectáculos que se realizan en todo el país. En Ecuador los espectáculos taurinos no reciben subvenciones estatales. Los municipios tienen importantes ingresos al recaudar los impuestos de los espectáculos públicos. El estado se beneficia de los impuestos al valor agregado, consumos especiales y a la renta que generan los espectáculos taurinos, que forman parte de la riqueza cultural y de las tradiciones de los ecuatorianos. Datos recogidos en http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/los-espectaculos-taurinos-se-celebran-en-todo-el-ecuador-453265.html
- El soporte digital http://somosecuador.blogspot.com/
publicaba el pasado 4 de enero la convocatoria de una manifestación en “defensa de la Fiesta brava y que dice: “Queridos amigos. Convocamos a todos los aficionados del país para la marcha en defensa de la Fiesta brava el viernes 21 de enero. Partirá desde la Plaza de toros de Quito a las 8 de la mañana. En esta estamos convocados todos los estamentos afectados. Es ahora o nunca el momento de defender lo que queremos. ¡Taurinos más unidos y fuertes que nunca!
- Desde Guayaquil alguien escribe: “Me opongo a que algo como el prohibir las corridas de toros sea objeto de una consulta popular. El presidente Correa no debe entrar en ese debate porque no es papel para un gobernante. Algún día a alguien se le ocurrirá que se consulte si nos debemos volver vegetarianos y que se prohíba el consumo de carnes, aves, pescados, y mariscos, porque los pobres animales sufren; y si la mayoría votara a favor, nos obligarían a todos a comer montes, “paisajes”. Y más tarde otro grupo dirá que como los vegetales también son seres vivos, que se prohíba su consumo, y si gana la mayoría, comeremos piedras.¡No, señor! Todas esas decisiones, así como las opiniones y prácticas religiosas, la prensa que queremos atender, la educación que queremos para nuestros hijos, son individuales, sagradas de cada persona. Nadie me obliga a ir a corridas de toros, así que con no ir es suficiente. Adicionalmente, en nuestro Ecuador se asesina a cientos de personas al año y hay otros cientos de miles que viven en la absoluta pobreza, de manera que los esfuerzos del Gobierno y de los grupos sociales deben canalizarse a favor del ser humano”.

1 comentario:

  1. Otro politico de m....a, incapaz de resolver problemas demasiados complicados para él, se créen obligados de tomar cualquier actitud que sea, y la corrida le da la ocasion - la ILLUSION - de pruebar que sirven a su pais.

    Poco los importa que milliones de jovenes, se destruyen cada dia, o cada fin de semana, con drogas y alcohol: el peligro, el gran peligro, para los que nos toman por tontos y gogos, no es el miedo de la desocupacion, la falta de ideal, la gana del dinero fàcil, la violencia de la sociedad, vehiculada por internet y la tele, el peligro seria la corrida, que hay que prohibir, y mañana el mundo sera mejor, un mundo guapo y hermoso,y gracioso, un mundo light, sin problemas, sin violencia.

    ¡ Por lo menos: que se callèn, todos los coños que nos toman por imbéciles, tenemos los ojos abiertos, y el pensamiento intacto, tantas cosas que les faltan!

    Un saludo, PAZ, y a sus visitantes aficionados.

    Pedrito
    http://puraficion.blogspot.com

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