miércoles, 24 de febrero de 2010

Esto tiene mucha gracia

Se lo aseguro. Resulta que el Colectivo Andaluz contra el Maltrato Animal ha denunciado que “la Junta de Andalucía gasta en promoción de la tauromaquia unos cuatro millones de euros, lo mismo que costaría instalar diez quirófanos de urgencias y acabar con las listas de espera de la sanidad pública en esta comunidad”. Las exquisiteces del comunicado se las pueden imaginar. Que si es “lamentable” que se siga invirtiendo dinero en “torturar a los animales cuando podría dedicarse a salvar vidas humanas”, y por supuesto, añaden lindezas del tipo “no se entiende que en pleno siglo XXI haya gente que puede divertirse en un sitio donde humillan a los animales”.
Días antes, la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Clara Aguilera, en el anuncio que hizo de la Ley de la Dehesa –cuyo proyecto tramita el parlamento autonómico- afirmó el "papel decisivo" que desempeñan estas explotaciones “en la defensa, preservación y puesta en valor de la cría del ganado de lidia”, y aportó el dato de 675 millones de euros que aportan esta actividad y el resto de las que conforman el entramado de festejos taurinos a la economía de Andalucía.
Así, queda recordar a los miembros de este colectivo que no sean tan agudos, que los que asistimos “a estos sitios” tan bochornosos (como este colectivo define) también sabemos hacer las cuentas. La mayor parte del mantenimiento económico de sus organizaciones vienen de las subvenciones públicas (locales, autonómicas, nacionales…), y si no lo tienen claro, queda decirles que también las pagamos todos. Todos. Porque salen de los impuestos de todos. Esto no cae del cielo con mucho talante. Sean respetuosos. Defiendan lo que crean oportuno. Pueden y deben organizarse como les parezca. Pero no ofendan. O mejor, no nos insulten. Porque, señores, sabemos pensar y responder. Respecto a los datos económicos, parece hasta escaso el dinero que se gasta en promoción de los espectáculos taurinos, si se considera el suculento aporte de los mismos a la situación monetaria andaluza, y que va desde puestos de trabajo, empleos indirectos, tributaciones, espacios naturales, turismo, proyectos medioambientales, mantenimiento de instalaciones, publicidad, promoción de ferias, y un largo etcétera.
Para abundar en la demagogia, igual lo que deberían hacer, y dar ejemplo, es donar las ayudas que reciben a la Junta de Andalucía para que instalen otros diez quirófanos de urgencias y contribuir al saneamiento de las listas de espera. Entonces, cuando lo hagan, nos avisan, que nos empadronemos en esta bellísima tierra andaluza. Así, ahorramos tiempo. En lo que a mí respecta, y sin dar muchas pistas, les puedo asegurar que soy una “contribuyente” con cuestiones que se denominan “humanitarias” (léase Organizaciones No Gubernamentales) a mi libre elección. Y, les recuerdo, que por partida doble, pues también aporto lo mío indirectamente a su colectivo, por ejemplo, y esta vez, no es una cuestión voluntaria. De igual manera, supongo les pasa a ustedes, que como ciudadanos pagarán sus impuestos, y que es el Estado el que dispone de su uso. Pero, no jueguen a ser más elocuentes que nadie. No quieran ser más listos que todos. Que el resto de ciudadanos también sabemos saldar nuestras cuentas y contestarles cuando enarbolan esta falsa modestia.

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