lunes, 14 de febrero de 2011

Las Arenas abrirá sus puertas sin toros

Momento corazón spanglish
¡Qué día el de San Valentín! Pobre santo del cielo que le ha caído sin ningún remilgo la sustitución internacional del venerable San Antonio, beato local donde se precie. Un espacio por otro. De allí mejor que de aquí. Algo así como un spanglish celestial. Pues bien, en este día de felicidad sobreactuada, de amores exagerados sin pudor, de regalitos obligados, de escenografía con abundante forma de corazoncitos, millones de promesas en público, exhibiciones casi obscenas, en este día todo el ridículo está permitido. Carmen Rigalt hablaba del rito amoroso en su espacio dominical Testigo impertinente y expresaba con buen criterio el objetivo obstinado de esta festividad aportando la verdad que sigue: “San Valentín busca estimular el comercio, pero creo que sólo impulsa la impostura, una de las mayores engañifas a las que ha sucumbido esta sociedad”.
Totalmente de acuerdo. Y comparando imposturas, a este jolgorio corazonista -que hemos importado a la española- se me ocurre cotejarlo con el engendro que han hecho de la plaza de toros de Las Arenas, en Barcelona, que después de años y vicisitudes urbanísticas la han trasformado en un centro comercial, y –aquí está el regalito- albergará el Museo de Rock.
Una servidora es una rockera. Cuarentona, pero con ritmo otoñal, que se sepa. Entiendo que a una le entren los amores tardíos, que pierda la cabeza, que traslade caídas de ojitos, que se fije en la fuerza vigorosa propia de adolescentes, que se entregue a impulsos arrebatadores. Pero me parece igual de legítimo que no nos olvidemos de dónde venimos, dónde estamos y qué hacemos con el sentido común, éste que nos salvaría de ser auténticos desalmados, incapaces de no reconocer los cálidos amores de juventud.
Al grano. ¿No estaría más en consonancia que en este escenario se hubiera hecho, aunque fuera en un rinconcito, un recorrido por el descomunal pasado taurino de Barcelona? ¿No se podía haber hecho un museo verdaderamente imprescindible recordando la grandiosidad de la catalanidad taurina? ¿De qué estamos hablando? Pues hablamos que ahora toca mercadear con espacios y fórmulas paradigmas de la modernidad indiscutible, “el primero de Europa de esta materia, que abrirá sus puertas el 31 de marzo en el recinto de Las Arenas de Barcelona y contará con salas dedicadas exclusivamente a los Beatles, los Rolling Stones y el rock nacional, según a confirmado el impulsor del proyecto y periodista musical (de Catluña Radio), Jordi Tardà “(que nutrirá con su amplia colección”), según decía en una información de este inminente evento.
Como ven las cosas parecen estar en su sitio. Lo parecen. No caigan en la trampa. Yo también me engaño de vez en cuando. Sueño con un día que no me duela la artrosis de la cadera como consecuencia de tanto bailoteo. ¡Cielo santo con tanta santidad de extramuros celestiales! El beato nos pillo sin confesar, con el paso cambiado y el corazón maldito.

Mis felicidades a aquellas almas enamoradas y toreras, olvidadas pero que también tienen su corazoncito capaz de arrebatarse de amoríos.

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