jueves, 30 de septiembre de 2010

Los toreros, la ministra y las reivindicaciones artísticas

Siete hombres al amanecer,
el toreo de salón
y una sonata desentonada


“Venimos a ello”. Con este pase natural se presentaban siete hombres de plante torero ante la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde en el día de hoy (30 de septiembre). Cruzaban las puertas del gabinete pasadas las dos de la tarde, para solicitar, según estaba previsto, a la titular institucional que el “toreo dependa” de este ministerio, o lo que es lo mismo, que el espectáculo taurino deje de pertenecer a las competencias de Interior.
De artistas a artista. Esta era la propuesta que le proponían a González-Sinde. El encargado de trasladar la petición (y de comunicarla a los periodistas) era Enrique Ponce, el cual pretendía "expresar a la señora ministra" -en la comida programada- el deseo de que la tauromaquia pase a depender de Cultura "porque pensamos que es donde debe estar el toreo, y que se nos reconozca así, como artistas que somos”.
Este asunto era el principal. No estaba en la agenda de esta reunión -de alto nivel para los comparecientes- otros temas trascendentales de actualidad (como la prohibición de los toros en Cataluña); o tan cruciales como la decadencia del espectáculo taurino (es público y notorio); o la crisis del sector (que a todo el mundo afecta); o los mecanismos de promoción, divulgación y estudio de la tauromaquia (materias que si se podían requerir a la ministra de Cultura); o reconocer nuestra tradición histórica, social, popular, singular y patrimonial (por supuesto y porque los principales artistas de este país así la han engrandecido con su obra y aportaciones); o sencillamente demandar un apoyo gubernamental (incluso político) a la fiesta de los toros (porque les va en el cargo y porque esta dentro de la legalidad, sin más).
Sobre estas otras cuestiones -no tan valiosas en el orden del día-, el portavoz del grupo (Ponce) aseguraba “que podrían salir en la conversación”, y se sobrentiende que no habría ningún inconveniente en hablar sobre las mismas, aunque no era el objeto “específico”. Aclarado, maestro.
Menos mal que pedían ser más artistas de lo que se creen, porque si hubieran pedido tener más garantías para realizar las tareas que competen y que abarca el toreo, igual se ponen a dar pases naturales, templados y ligados por aquellos mismísimos espaciosos terrenos, entre mesas y solomillos, durante la esperada comida-reunión-trabajo, enseñando como Belmonte, dominando como Lagartijo la situación de lance torero. Bien pudiera haberse dado esta hipotética circunstancia. Y puestos a imaginar, si les hubiera dado por las reivindicaciones, igual le cantan una sonata a la “señora ministra” (con derechos de autor al corriente de pago), reivindican las mañanitas, lo cuelgan en youtube con prestigio, fortuna y gloria. De soluciones ni hablamos. Ya sabemos que no las necesitan.
La ministra parecía receptiva, horas antes del encuentro. Decía que escucharía “las propuestas, sus preocupaciones y que les trasmitiría tranquilidad”. Vamos que les ponía ojitos melosos a estos siete hombres, que estaba dispuesta al toreo de salón, y que dice mucho de sus buenas intenciones, pero poco de sus aficiones taurómacas. El toreo de lances al aire puede emborrachar, pero lo que hay que hacer es torear de verdad. De verdad. Y cuando se dice de verdad, quiere decirse con la verdad y con todas las letras. Esta materia todo el mundo la entiende y nadie la reclama.
En este juego idílico, al amanecer después de la noche prohibicionista, a ritmo de mañanitas, de sonatas arrebatadoramente culturetas, el objeto de deseo se transforma en jugoso desnudo de muchos miles de euros que van a parar a las resquebrajadas arcas del Estado.
Puro romanticismo, amorcito. Puritito negocio, vida mía.
A esta histórica reunión asistieron los diestros Enrique Ponce, Miguel Ángel Perera, Manuel Jesús, El Cid, Cayetano Rivera Ordóñez, José Antonio, Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Julián López, El Juli. Faltaron José Mari Manzanares y José Tomás.

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo en todas sus líneas, y me pregunto ¿quién ha decidido que artistas asisten o no a la reunión?

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  2. Buenas tardes, Paz Domingo, y todos los de verdad

    Me parece a mi que faltaban sobre todo aficionados ! Los solos que parecen analizar y curar el càncer que carcome la corrida El grupo de los siete señoritos ? Niños consentidos( ?) de un sistema peligramente corrompido. Juez y partido, incapaces de propuestas serias y honradas . Hablar de verdad ? Nunca ni nadie no lo puede o no lo sabe, no màs que torear de verdad, cargar la suerte, dominar toros- toros, acostumbrados los bailadores de los ruedos a los perritoros y a los gatos que dan a la corrida las pobres y tristes imagenes de animales debiluchos que condenan su porvenir .
    Hipocritas, gordos y ciesgos, muñecas ignaras delante de una ministra que entiende nada de los toros y de aficion, preocupados todos de dinero fàcil . Responsables, todos, enterradores de la corrida, « figuras » del baile vergonzoso y figuritas cumplices de taurinos y ganaderos comerciales, huyando los raros ganaderos de toro bravo. Y las placitas que siguen a darle su confianza. Ni una palabra del malo de quièn suffre la fiesta brava que los aficionados solos podrian salvar, si podrian hablar y ser escuchados, pero condenados a callarse

    Temo mucho por nuestro guzanillo

    Un buen recuerdo de Azpeitia y saludo cariñoso
    Pedrito

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